Oda a la mujer y/o hombre “X”
Cuando camino junto a vos, siento que mis pasos fueron el despertar de un sueño. Como la gran Tenochtitlán despertando y convertida a la vez en una ciudad enterrada que sueña bajo enormes piedras. Y me pregunto bajo este cielo taciturno y sombrío:
¿Sos mi sueño Julio mío o la misma vida?
Bajo este mismo cielo mis pasos se convierten en el sonido tempestuoso de una ola que todo se lo traga, pues avanzo devorando realidades, en todas las calles permaneces insertada, bella y honda imaginación de día y de noche.
Tengo miedo de que surja de entre la combinación del azar y el destino un anónimo dueño de este sueño aparentemente mío y entonces se despierte y así prontamente se desvanezcan tus ojos, tu cabello, tu andar maravilloso en mi sueño.
Me aterraría saber que quien sueña este sueño en el que tu y yo andamos por la ciudad caminando flores de pronto se despierte y nos destruya a las dos de un solo golpe, un golpe transformado en un solo despertar, cuando el anónimo de las realidades abra nuevamente sus ojos y deshaga en un soplido de nuestros paseos lejanos y estos terminen suspendidos como polvito, deambulando lentos y tristes por los aires del olvido.
Ecos ajenos, amores olvidados.
¿Sera que quizás sólo somos el movimiento derecho de un mundo?
Amamos con el lado derecho…Cuestión antropológica, nada personal, para mi por cierto.
Tembloroso el corazón y mis pasos al verte Julio mio, he decidido latir a medias.
¿Por qué me duele tanto este despertar?
Quizás porque tus pasos, tus huellas, tus ojos, tus brazos, toda tu, tu clandestinidad se desvanecen cuando el despertar de mi ser se hace inevitable y es justo cuando el anónimo de algún ser que sueña en mi misma soñando duerme.
Me han preguntado estas mismas calles ¿Julio sos mujer u hombre?
Yo no se que contestar amado mio, amada mia.
Y sólo así el amor se va. Te vas sin darme una respuesta, no me aclaras si se trata de un sueño o el sueño de un despertar ajena a mi misma.
Pero si vos me dejara tocar tus labios lograría evadir las leyes de la gravedad, las leyes del insomnio, las leyes de mis propios sueños y asi mismo el caso del soñador y hasta a las calles que todo preguntan en ecos que se encienden por las mañanas de principios de Abril.
Creo que sos el anónimo que tanto miedo tiene de despertar.