jueves, 31 de julio de 2008

POETA NICANOR PARRA



LOS POETAS SON LOS QUE MUEVEN EL MUNDO. UNO NI SE DA CUENTA CUANDO YA LO HAN TRANSFORMADO





HOMENAJE A LAS LETRAS BRILLANTES DE:

"NICANOR PARRA"






NO ME EXPLICO SEÑOR RECTOR
Las razones que pudo tener el Jurado
Para asignarme a mí
Que soy el último de la lista
Premio tan contundente como éste
Hay x lo menos una docena de candidatos
Que con razón se sienten postergados
Irregularidades como ésta
No debieran volver a repetirse
Yo x mi parte me querellaré
Contra quienes resulten responsables


COMO SI TODO ESTO FUERA POCO
Mi Cecilia Bolocco me tiró la cadena


Comillas"Por andar con las patas a la rastra"
Mentiría si digo que miente:


Dentro de poco cumpliré los 100
Me cambió x un lolo de 70


De los trigos no demasiado limpios


Pero con cuenta bancaria morrocotuda
Que la verdad no quede sin ser dicha


NO SÉ NO SÉ
Yo pertenezco a un mundo que se fue


Yo todavía creo en el ser humano


Yo todavía creo en Dios y en el Diablo


Para decirlo todo de una vez


Yo soyUno de esos engendros modernistas


Que confundieron el Ser con el Ente


Ni progresista ni conservador


Sino todo lo contrario Sr. Rector:Ecologista muerto de susto:


Una pulga en el oído del Minotauro:


¡Mi reyno x un par de muletas eléctricas


!Vivo no me pondrán en el ataúd:
Al cementerio x mis propios pies

viernes, 25 de julio de 2008

ULTIMAS LETRAS. LA POETA LEONOR LUNA HA MUERTO




Leonor Luna durmio su ultimo sueño.






Te quiero poeta amiga, pero como vos me dijo una vez: Ya no mires atras.




Despues de tú ultima carta se me vino de inmediato a la mente estos hermosos versos.

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Te sentirás acorralada,
te sentirás perdida o sola,
tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto,
que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

Otros esperan que resistas,
que les ayude tu alegría,
tu canción entre sus canciones.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares,
tendrás amor, tendrás amigos.

Y siempre, siempre, acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.






GRACIAS POR TODO AMIGA POETA LEONOR LUNA.




ATT


ALEXA LIBRE.


miércoles, 23 de julio de 2008

PRIMER ENTREGA DE LA MICRONOVELA "DIEZ BALCONES"


DIEZ BALCONES


La lectura es para mí algo así como la barandilla en los balcones.

Nuria Espert

Los locos pueden envidiar la razón de los cuerdos.

Esas fueron las palabras que pronuncio Agatafas Rodríguez después de darle un buen sorbo a su café para después perderse entre el humo del cigarrillo que tenia colocado entre labios. Agatafas entrañable amiga de Filipina Fuentes se perdía siempre entre conversaciones angustiosas y desposeídas sobre la vida del loco, la comida del loco, el sexo del loco, los amoríos de loco, la literatura del loco las razones por el cual el loco sigue loco. Agatafas se levanto de inmediato de la mesa y comenzó a repasar nuevamente la última nota de su querido y entrañable amigo Alexander Benitez, fallecido recientemente:

Querida Agatafas:
Ayer camine como un loco irrenunciable por la ciudad, iba siguiendo tu sombra, de pronto se cruzaron recuerdos por mi camino de un pasado inimaginable, sueños de un motor descompuesto, de toda la perdición de mi vida enjaulada en una ciudad sin salida…Hasta que halle la casa de los diez balcones…
Me quede un buen rato sobre uno de los balcones observando el mar, ya casi no tiene agua, con mucho esfuerzo se formaban olas, después recorrí el mundo y pude saber que en todas partes es lo mismo, en todas partes los jóvenes se organizan para luchar a luchar, en las universidades se forman de pronto millones de asambleas, diariamente se elaboran cientos de carteles que claman por la justicia social. A diario la gente se enamora, y uno que otro tonto se suicida por amor.
Costa Rica es un país de olas interminables, por las calles el mar anda. Gira también como cualquier huracán y los habitantes son como peces que en ocasiones salen a la superficie ha comprar café o trabajar, pero casi siempre viven debajo del agua, allí vive una linda mujer llamada Deylin Zeledón.

Deylin de cien fuegos vive en alguna apartada orilla de este mar llamado Costa Rica. Casi todas las mañanas toma el bus para dirigirse a su trabajo de peces marinos y con redes que ella misma diseña en forma de animaciones, lentamente va capturando las conciencias de otros peces costarricenses y después hace como si los comiera vivos pasando por el filtro de los famosa y bien nombrada publicidad. No se que anuncia a voces pero algo anuncia, algo trama con letras llamados spots. Deylin Zeledón es un pez publicista.

SOMBRAS EXTRAÑAS



El sol brilla en todas partes, pero algunos no ven más que sus sombras.

Arthur Helps


Imelda desnuda de toda conformidad, y sin ropas, buscó en la bolsa izquierda de su pantalón una moneda de dos pesos para entrar en la estación del metro Chilpancingo. El pantalón lo paso de una mano a otra y saco por fin la moneda.
Imelda pensaba que en ocasiones es bueno buscar la felicidad por donde uno nunca se imaginaria hallarla.
Aquella mañana la estación del metro se encontraba atestada de gente que emergía una y otra vez de la tierra como gusanos hambrientos de frustración, masas de gusanos grises, con las bocas llenas de sequedad y las manos cansadas de tanto tratar.
Los niños por su lado y sin ojos caminaban angustiados con las mochilas en los hombros cansados, mientras el sol con sus rayos se robaba lo poco que quedaba de luz con el fin de satisfacerse a si mismo. La luz de pronto había puesto fecha de caducidad.
Es preciso decirte que te amo. Decía un hombre a una mujer, este con la bragueta abierta y un chaleco que portaba, dicha vestimenta le hacia parecer un vendedor de seguros. En eso las puertas del metro se cerraron como en automático.
El ambiente describía una angustia plena y escalofriante, el ambiente es tenso, decía la mujer costarricense, mientras una picazón en la nariz le destrozaba en ese instante su tranquilidad, era como si un viejo amor se le metiera por las narices.
Un barco salía de la avenida principal, los peces tripulan el barco, La habana se asoma en mis narices, mi respiración me envuelve en todo este aroma de mar, una fuerza es tan sólo la multiplicación de mar y arena, es la fuerza del ambiente costero en cuba. Decía otro pasajero, mientras hablaba por celular quien sabe con quien.
Siento un aire relámpago Imelda, me apena tu desnudez en pleno vagón del metro, nunca creí que te atrevieras a tanto, digo, te creía loca pero esto ya es demasiado, mira toda la gente como te ve, Imeldita no es por ser aguafiestas pero toda la gente te observa.
Yo siento como si te fueras para siempre como el aire.
¿Vos me podes decir que eres? Pregunta Imelda a su acompañante sombrío y ajeno a toda realidad. Tu tan sólo me acompañas a todo lados, es tú única función amor mío.
¿Quién soy? Dice la sombra mientras es borrada del mapa en pleno VAGON DEL METRO. Las sombras terminan juntándose las unas con las otras. Las sombras son infieles por naturaleza, siempre buscan una pequeña luz proveniente de otras, la más cercana quizás, a lo mejor la más lejana a veces.

No soy nadie cariño mío, soy tan sólo un pedacito de felicidad pasajera, soy el habitante extranjero que vive en tu ser, soy tan sólo el instante que permanece para siempre en tú memoria, un trozo del tiempo pasado, un recuerdo pequeño tan pequeño que todos los días lo abres como buen libro en tú memoria.
Es que sucede que ya no disfruto la vida, me cuesta trabajo repasar el pasado, ese pasado en donde yo buscaba una moneda en el aire y el destino me encontraba en el piso, después viajaba horas interminables en el metro, ese metro de los ayeres, ese metro en donde la amargura aun no se había convertido todavía en pasajera. Recuerdo el arte infinito, lo recuerdo algunas veces como la mujer que me hizo escribir por demás, la mujer que me enseño a vivir en la miseria pero feliz.
¿Vos la recordas?
Rayuela ya ni la recuerda, tú ya no la recuerdas, ahora te la pasas con Moseprau en las tiendas departamentales, tratando de olvidar la pobreza, tratando de vender lo que compras y cuando compras vendes lo que todavía ni siquiera posees. Es más al parecer creo que nuestro destino convertido en futuro esta vendido desde antes de anunciar la subasta de la vida.
Cuanto te queda en la cuenta. Es una pregunta muy sabia. En la cuenta de la vida aun me restan algunos sueños por cumplir, algunos largos, otros no tanto, peor aun, quisiera sumergirme en el fondo del agua, escapar, huir, huir de ella, huir de mi misma.
Como alguna vez lo dije, sucede que el soñador huye cuando ya esta muerto, y huye para no morir pero es imposible porque ya esta muerto, muere despierto.
Es que vos sos un mae bastante soñador, pensaste que el pasado se casaría contigo, pagándole un viaje al futuro, en dólares, el amor al menos para ti es de otro mundo, ella le pertenece al tiempo, tú no le perteneces, tu eras feliz, muy feliz, porque sos conservaba su propia voluntad.
¿A que te refieres con voluntad?
Me refiero a ser libre con alegría, evolucionando a ratos en una ecuación matemática diferencial, donde se integra el infinito. Sucede que vos no entiende el arte infinito.
Es tan difícil dejar de soñar esta vida, al parecer los deliciosos suicidas terminan de soñar como a los 22 años.
Ahora estas entrando a tu etapa de finalización de sueños, es momento de suicidarte, ha llegado tu hora de morir.
¿Y como es que vos te suicidaras? Dice Imelda mientras el metro se queda inmóvil en algún lugar del túnel.
Pues lo tengo todo planeado. Me aventare a las vías del metro.
Eso es muy fácil, justo en el momento en el que el pinche metro pare en la estación, me aventare.
¿Crees que de esa forma terminen mis días de soñador inmaculado?
Convencido de aquella pregunta Imelda respondió de inmediato. Eso va a ser muy doloroso, imagínese. Hace una pausa. Brazos y piernas quedaran esparcidos en todas las vías del tren. Sin embargo estoy segura que sólo asi, serás maravillosamente normal, una vez que te aplaste el cráneo las llantas del metro, vos ya no podrá soñar nada de nada. Eso será estupendo, quiero estar ahí para verlo con mis propios ojos.
Ojala eso que dice usted coadyuve a desanimar esta feliz locura que vive en mi. Deseo ser tan triste como usted sombra mía.
Unas mariposas tomaron un vuelo interminable, de pronto atestaron el vagón del metro con dulces sonidos de primavera, algo resurgió en Imelda, una parte inmóvil de su ser resurgía con el solo hecho de observa una de estas cándidas mariposas tan libres, tan amarillas que se posaban de pronto en los perfectos suicidas, con colores rosas, y dóciles a la vez que fuertes, en contra del viento celebraban la vida a carcajadas pausadas pero intermitentes también. Las mariposas de los sin colores casi amarillas, infinitas, bellas e increíbles ante la mirada de los pasajeros revoloteaban con sus alas en el vagón del metro en horas y horas, sacudiendo en sus alas su cansancio y quizás hayan permanecido por el resto de esta vida en las cabezas de los viajantes. Cuando el vagón abría nuevamente las puertas en otra vida estas salían del vagón y entraban sus antepasados, quizás a la misma vida, no lo sé, pudo haber sido otra, pero eso si, siempre lo hacían en el mismo vagón, con diferentes colores y a veces hasta sin alas volaban.
Una mariposa un día hablo con Imelda un idioma humano diciendo:
Tienes que ser feliz, porque la vida se abre como mis alas, la vida se cierra como ellas cuando uno hecha el vuelo. Volando territorios inimaginables, uno vuela la vida, y cuando cierran las alas uno pierde todo sentido de orientación y cuando la vida se acaba, las alas de la mariposa toman de aposento infinito la hoja de una flor en primavera y por miedo las mariposas se quedan ahí para siempre.
Quisiera sentir la piel de la libertad, quisiera huir de todos, hace días le dije a la mariposa que si quería ser mi mujer, mientras ella con sus alas se alejaba, y tomando el vuelo a quien sabe donde, ésta se iba convirtiendo en un anillo que poco a poco fue borrándose de mi memoria, sin embargo el aire apestaba, la putrefacción del sistema compra y venta se pegaba como chicle a la lengua de los hombres que por los siglos de los siglos utilizaban dicho órgano para comprar y vender al mejor postor las palabras.
El postor, el impostor, quizás es el que caza a las mariposas, el que anda por los vagones del metro arropando conciencias con trajes de moda. Y no digo esto porque sea algo sagrado el desnudo, sólo lo digo porque ya no tengo nada más que decir, yo misma vivo desnuda.
Salgo desnuda por la calle, los deliciosos suicidas me miran estupefactos saben que eso es cosa de otro mundo, manías del diablo quizás, de la locura en mariposas que observo todos los días.
Ese día en que Imelda salió desnuda a la calle por primera vez en su vida, ese día en el que se lleno la cabeza de flores y tomo el primer metro que paso, ese día en que una moneda al aire le hizo decidir su futuro ese dia hubo como unos veinte suicidios.
Águila o sol, desnuda o nada decidió Imelda, mientras su sombra caminaba justo al lado de su bella figura sin ropas por el vagón del metro.
¡Señores pasajeros se va a llevar mi cuerpo desnudo por la mínima cantidad de tiempo!
Las sombras de los deliciosos suicidas miraban a Imelda, mientras hurgaban en sus bolsillos buscando desesperadamente siglos.

lunes, 21 de julio de 2008

CONSTELACIONES HOMENAJE A TIERRA L


¿A DONDE FUERON A PARAR TODAS NUESTRAS ILUSIONES?


Verdaderamente no se que seria de la humanidad si no tuviera dentro de sí, escondidos, superpuestos, adyacentes, provisionales, otras muchas humanidades que no sólo destruyen la primera, sino que la constituyen al ampliarla, repetirla y hacerla posible de adaptación a las mas variadas circuntacias de la vida. Los sueños no son sueños, son tan sólo escondites de la realidad, apenados de ser tan grandiosos por ello se ocultan...


CONSTELACIONES

Cuento de clavos y martillos




De pronto el argumento del mundo ya no fue valido, la verdad había sido arrancada de sus raíces milenarias, sentí entonces que miles de años me tocaban las puntas de los dedos y de pronto deje de ser yo, la contemporánea, la que se la pasa matando los segundos en la computadora, la que fuma incontrolablemente, la que siempre se haya descomunalmente en un precipicio. De pronto el tiempo me invadió, sentí como si el conocimiento se redujera a un mito intrínseco, sentí cómo la relatividad de Einstain se disolvía y el tiempo me abalanzaba hacia el pasado, me perdí en tus ojos, en tus labios, me perdí entre las sangre del señor atropellado, me perdí en un laberinto y ya no hubo tiempo de volver, me extravié entre las investigaciones de Newton, me perdí, entre el estreno de Hamlet de
Shakespeare, entre el estreno de la obra de Balzac.

Me perdí, porque entre tanta inmensidad, aquel horizonte se transformo en tiempo, tiempo en piedras y fue así como caí accidentalmente a un enorme hueco, el tiempo se transformo en pesadas piedras que poco a poco fueron sepultándome.

Mire sus ojos, ella miro los míos, no era para mi, ni ella tampoco era lo que esperaba de la vida, pero aquel viento de Agosto y esa lluvia que a ratos no se sentía tan intensa, nos envolvía de pronto en un abismo. La dirección que tomaba curso era lo que precisamente años atrás debió haber sido un volcán. Un volcán con lava volcánica inconclusa, oro fundido, de lo que debió haber sido la punta del inicio del mundo, ahí donde el universo comenzó, y después algún dia atrás desapareció y en lugar de ello están los cimientos de un enorme edificio. Observe los mundos me rendí ante ellos, me rendí ante el tiempo, me rendí ante la instantaneidad de los verdaderos segundos, de sus milésimas, me rendí ante los rostros ocultos, de las mascaras, de todos lo que trataron de averiguar el origen de mi locura.

Hubo una pausa, la lluvia poco a poco iba disminuyendo, me sentí con ganas de regresar, ahí estaba yo, dormida con los brazos abiertos, reconociendo a la muerte, charlando con ella, ella me decía frases deliciosas, yo las tomaba, ella se las quedaba y después me dejo ir, me dejo salir de aquella alberca veinte años atrás, donde por poco termino mis días ahogada.

Ahí estaba yo, acostada en la punta de la pirámide del sol, con aquella mujer a mi lado, nuevamente volvimos a reencontrarnos después de miles y miles de años en los que la cultura Teotihuacana se levanto, justo antes del conquistador, justo antes de que todo se lo devorara el espiral capitalista.

Nada volverá a ser igual….-Me decía la mujer lamentándose- Si te deje ir aquella vez es porque tenia ganas de liberar un pequeño capullo de estrella lunar-

-Vos debes conocer la luna-
¿Conoces la luna? –Preguntaba la mujer-

Cerré mis ojos, ahora llevaba puesto un pantalón color azul, horas atrás había fumado tremendas bocanas de cigarrillo, ahora era libre de todo, libre de alguna infidelidad, huí, de pronto de aquel sacrificio.

Tengo la impresión de que años, miles de años atrás, el mismo dia quizás , a la misma hora, en tiempo y espacio yo había estado allí , sentí la necesidad de reencontrarme con mi verdadero pasado antes de partir a la luna.

Todo el tiempo se retrasa… Fijo los pasos al revés, me voy hacia la sala, me siento en la silla de la abuela recientemente fallecida, después salgo por la puerta, atravieso a espaldas la ciudad, me subo al automóvil de Valeria, le doy un beso, casi como si hubiese sido un saludo y no una despedida, platicamos, no me alejo de ella, algo anda mal, el tiempo se ha retrasado, fijo la mirada en mi reloj de pulsera, pero este corre al revés, la gente, el mundo, se mueve al revés.

El hombre que encontramos muerto en la avenida no muere, se queda mirándome fijamente, quiero avisarle que cuando el tiempo regrese en si, el va a morir, y entonces tomare el celular y llamare a la ambulancia.

Nada pasa, mis amigas se besan, cantamos al revés, la música que finaliza pero ahora, en este instante ha comenzado, el tiempo ha regresado, recordamos la primaria, estamos en la primaria, somos unas niñas aun no sabemos de nosotras, para estos segundos somos unas extrañas, algún dia nos conoceremos, pero algún dia nos miraremos por primera vez a los ojos…Seguimos en el auto, comemos pizza, dormimos, comemos nuevamente pizza, llegó tarde a la cita, siempre llegó tarde, camino por la calle viajo en metro, después me vuelvo niña, he vuelto a nacer, siento ese estado de la materia inadvertido, recuerdo haber escuchado en el vientre materno alguna platica sobre la chica que se suicido en el cinematógrafo, como fue que aquel miércoles de ceniza la pantalla quedo manchada de sangre, justo en la escena donde en fabuloso actor Anthony Queen, baila el rito griego de Zorba.

El cinematógrafo se me viene a la mente, soy un feto no lo comprendo, el tiempo marcha hacia atrás, recuerdo haber vivido algo así, recuerdo muchas veces haber estado en este ambiente acuoso, llamado vientre, recuerdo que mis padres fueron otras muchas cosas atrás antes de ser mis padres.

Mi madre las horas, mi padre los segundos, somos tiempo querida Elisa, somos tiempo encarnizado.

Todo mundo se pregunta que hay después la muerte, sin embargo para el tiempo bipolar, es tan sólo el que viaja hacia atrás. Yo debería preguntarme que hay antes de la vida, que somos, por que somos mortales, por que somos débiles.

Lo voy descubriendo, lo voy descubriendo, lo voy descifrando, lo voy entendiendo…

El ambiente acuoso se ha transformado, somos una serie de transformaciones, ahora veo una luz, pequeñita, dos luces quizás me encuentro fuera de la tierra pareciera que es el universo, soy una luz que viaja de un planeta a otro, de una constelación de estrellas a otra, soy parte de una estrella, la estrella explota…

Todo sucede justo cuando abro la puerta del auto.

Pero antes, antes de, antes de la estrella, antes de todo…

Antes de todo eso, no era luz, era una partícula que vivía impaciente por despegar de este mundo.

Antes de la luz, antes del movimiento, antes del silencio. Antes de la evolución ¿Qué era lo que había?

¿Qué habitaba antes de todo?

Una vida, la otra, miles de vidas, me lo explicaba un tipo….

El otro lado, la otra vida, esta vida no, la de antes, la de mucho antes, la de tiempo atrás muy atrás.

Antes de la luz eras tiempo…-Decía el tipo, mientras su alma se quedaba sentada en una banqueta, fijando su mirada en la ambulancia que se alejaba con todos sus ruidos urbanos-

Tiempo soy, tiempo he sido siempre, tiempo incontable, tiempo infinito.

El tiempo infinito me causa un dolor interminable, yo era el infinito, todos hemos diso infinitos, adiós infinito, adiós infinito, vida sin dolor, la vida que sólo avanza en silencio hasta la circunstancia de vida más cercana, eso soy yo, soy tan sólo un pedazo de tiempo que ahora ha sido luz, después se convirtió debido al movimiento en el cuantió de alguna estrella, surge una explosión, soy dispersada de mi hábitat, una refugiada de luz y tiempo, no hay leyes, no hay guerras, no hay mundos, nuevamente soy la viajera en busca de felicidad, soy la viajera que aprendió a huir, siempre huir hacia rumbos desconocidos hacia rumbos con miles de salidas, infinitas salidas de soledad, siempre sola, caminando en un tiempo sin marcas.

Regreso al ambiente acuso, una enorme manguera hace que succione alimento, veo una luz no como la del universo entero, no lo que fui anteriormente, ahora es un luz artificial, una luz solamente, veo un pedazo enorme de carne, un gigante trata de devorarme: es una mano, la mano del medico que me saca de la superficie, nazco de pronto, lloro al nacer, no me gusta este espacio después de haber sido luz, un cuantió, en fin, nada puede hacerse, el tiempo bipolar sigue avanzando.

Escucho las primeras notas musicales, me enamoro de la música clásica, de las matemáticas de las explicaciones científicas, de la filosofía.

Sigo en esta vida, leí en un periódico el descubrimiento del ADN, me descubro a mi misma, entiendo algunas modificaciones de la teoría de Albert Einstain, la historia es modificada, veo muertes intrínsecas, veo sangre, como nunca antes en mi vida había visto; veo rostros de sufrimientos en Irak, un bombazo, el otro, sangre, cadáveres, muerte, ¿Hacia donde irán todos ellos? ¿Acaso se transformaran en estrellas? El cielo esta poblado de muerte, pues la materia se trasforma y todo justo se encuentra en la congregación de una estrella y el alineamiento de estas: Una constelación

Disfruto la niñez, juego, pinto lo que se me da la gana, invento un mundo caleidoscópico, encierro a mi hermana en el baño la escucho chillar, no importa, ya creceremos.

Llega la adolescencia, ha zarpado a tierra firme el buque de los esplendores, me enamoro por primera vez, me enamoro de Lizbeth Lopez Serrato, me enamoro en la clase de ingles, no dejo de admirar sus rizos que caen religiosamente por sus hombros.

Yo la amo, el estomago se me hace bolas, me siento mareada, me siento reconfortante ante su mirada, nos amamos, ella me ama a mi, yo la amo a ella, somos felices imaginando el futuro, pensado en hacer avanzar el tiempo, no sabiendo que todo esto es producto de tiempo corriendo hacia atrás, siempre hacia atrás, esto ya lo he vivido, es lo que siempre digo, esto ya lo he vivido decía de pronto y diré de pronto.

Subo al automóvil de Valeria, cantamos, reímos, observo al hombre que miles de años atrás me miro, en la misma época, en la era de la globalización, la del Internet.

El hombre ha asido atropellado, ya no me mira más, esta muerto, despide su alma al infinito

El hombre levanta la mano y con un gesto dulce despide a la vida, el aire lo desaparece en segundos, la sangre sigue en el asfalto, ha formado una constelación.

En el cadáver del hombre se nota una evidente soledad, nos paramos en seco, esperamos a que llegue la ambulancia, suben al hombre, se lo llevan y entonces la ambulancia se lleva otra historia, yo sigo la mía, la propia, seguimos en el auto, cantamos, reímos, nos detenemos en una gasolinera.

Esto ya me había pasado –Pienso de pronto-

Me despido de ella, le doy un beso en la boca, es la despedida. –Cierro la puerta del auto- El automóvil avanza, como la ambulancia, como el tiempo, como el filme de Zorba, como Nahomi, yéndose hacia la avenida de los insurgentes, como la sed de vivir, como el tiempo y entonces las estrellas se alinean en el cielo formando irremediablemente a Centaurus.
Carolina Bang dice -Prestame un clavo y un martillo para clavar poco a poco y a paso cansado toda nuestra constelación de sueños.
Se hace mutis.

jueves, 17 de julio de 2008

JESSICA LOBATO


Jessica Lobato


Su larga cabellera simbolizaba la tierna esperanza envuelta en el sueño de los hombres y las mujeres despiertas.




Todos en el colegio le decían Loby, yo me regocijaba con sus canticos de sirena y la veía irse todas las tardes detrás de un gran árbol de manzanos donde se ponía a zurcir cientos de pañuelos con los nombres de todos los alumnos del colegio. Su casa era ese mismo árbol. Allí vivía con unas mujeres que tenían cuernos de sabiduría en lugar de ojos y que olían a una rica miel mojada por dentro había tanta una energía cálida debido a las hojas del lugar.
Casi todas las tardes de viernes Loby junto con sus mujeres preparaban lindas y ceremoniosas fiestas que duraban hasta el amanecer, despertares sin dormir con música que desentrañaban en mí, amores olvidados y me ponían sumamente nostálgico y seductor.
Loby tenia el cabello largo, muy largo, un día llego a crecerle hasta las puntas de los pies y más allá. Los vecinos relataban sorprendidos acerca del extenso cabello de la joven Loby. Este era tan pero tan largo que por las noches el cabello se salía por la ventana de su habitación y se ponía a jugar con el viento nocturno que soplaba. Para el señor Chan era magnifico aquel resoplar de cabellos nocturno, pues para aquel chino ex comunista, los largos cabellos de Loby representaban la mejor y única forma de conciliar el sueño. Don Chan decía que los cabellos de la joven eran como un arrullo de olas marinas, una caricia a sus dolores y penas, un freno a su fatal insomnio de toda la vida, por alguna intrínseca razón los cabellos de Loby aplastaban de inmediato el poder que algún día ejerció sobre la china comunista aquel líder llamado Mao Tsetung, al menos eso nos contaba visiblemente extasiado.
Un día Loby llegó al colegio con un cabello que ya alcanzaba a medir los cinco metros y que arrastraba por los pasillos del colegio. Aquel espectáculo era sumamente fascinante pues su cabello formaba tal como lo decía el señor Chan una mirada al marino mundo de esta tierra, una mirada a la nobleza del alma, irremediable ante los ojos de cualquier mirada. El largo cabello se acomodaba como podía entre las bancas de unos y otros compañeros, se ocultaba a veces entre el piso de las aulas y hacia brillar esta misma hasta saciar los sentidos de todos. Algo sucedía con aquella cabellera mágica que nos impedía o más bien procurábamos con todas nuestras fuerzas no pisarlo por nada del mundo.
Una mañana al llegar al colegio observe a Loby llorando en los jardines centrales del colegio su cabello de ya casi diez metros de largo contrastaban con el verde del pasto como trasfondo. Sus lágrimas eran tan pequeñas a comparación de su extensa caballera que apenas podíamos comprender aquel sufrimiento todos los ahí presentes. No quiero decir que el tamaño de las gotas de unas lágrimas represente directamente el dolor de una persona, pero puedo asegurar que aquellas gotas de dolor que derramaba Loby eran increíblemente pequeñitas, muy pequeñitas para comprender su dolor puesto que casi nadie lograba observar o comprender aquella cascada invisible de dolor. La profesora de microbiología se acerco al lugar donde permanecía la mujer de los cabellos extensos, en la mano derecha llevaba un microscopio. Loby, al sentir la presencia de alguien hizo una mueca de dolor y se llevo las manos al rostro en señal de aflicción, la profesora procuró de inmediato abrazarla y le pidió se retirara las manos del rostro, ella se rehusó por un momento pero después desnudo su rostro y un halito de luz solar de aquella mañana que poco a poco se iba aclarando, ilumino todo su cuerpo, los rayos de sol cayeron virtuosos sobre la cabellera de Loby entonces sin mas ni menos la profesora coloco lentamente la palma de su mano en el rostro de Loby, tiernamente le acaricio la mejilla, una y otra vez como si fuese una madre consolando a una hija.
Loby mantenía un rostro visiblemente desolado y permanecía callada ante las caricias tiernas que la profesora le destinaba. Enseguida la profesora tomo entre sus manos el microscopio, en el espacio donde se coloca la muestra para observar algún objeto de estudio experimental, llamado platina coloco la palma de su mano con la que había acariciado previamente el rostro de Loby, la palma se encontraba ligeramente húmeda debido a las lagrimas derramadas, enseguida las pupilas se transformaron en oculares, la profesora movió el engrane de los aumentos y observo. Loby se llevo la palma de su mano a la barbilla y se quedo entumecida un buen rato. La profesora saco una libretita y anoto algunas cosas, en cada observación que realizaba a través del microscopio movía su cabeza en forma de aprobación y negación, después le decía no se que cosas al odio a Loby y esta hacia muecas de dolor pero también de aprobación al mismo tiempo.
Por la tarde Loby partió a su casa.
Paso un año de colegio y no volvimos a ver nunca más a Loby, hasta que un buen día no la topamos sorpresivamente a la entrada del colegio. Sentí algo un poco raro, es como cuando uno no espera nada y de pronto se presenta ante nosotros el recuerdo que ha tomado prestado tiempo para caminar en el presente. Una especie de ansia que tanto añoramos en el pasado y que por alguna razón partió sin dejar ninguna explicación. Es como cuando se presenta ante nosotros el pasado, ese instante que se ha dejado de amar, de extrañar y de recordar justo cuando el valor del tiempo que se cuenta de adelante hacia atrás se ha disuelto por completo. Supongo que cuando el recuerdo se borra comienza de nuevo ese mismo recuerdo a llenar de amnesia nuestra memoria y a eso muchos lo han llamado olvido.
Aquel día en que el recuerdo se torno realidad, Loby se presento ante nosotros con el cabello completamente rapado. A lo lejos parecía un muchachito, pero sus rasgos dominantes y su belleza sórdida no lograron ocultarnos el recuerdo que teníamos de Loby. Un espíritu del pasado en nuestras mentes la había traído de regreso al presente.
Aquella mañana sumamente nublada saludamos a Loby, le preguntamos que había pasado con su cabello. Ella con cansado ánimo contesto: -Tuve que cortar todas mis células muertas. Carlos Sandoval imprudente como siempre preguntó: -¿Es verdad que tu padre murió aquella mañana que la profesora analizo tus lagrimas en el microscopio? –
A lo que Jessica Lobato respondió con un sí moviendo la cabeza y con pocos ánimos.
Jessica Lobato termino el colegio un año después que nosotros, supe que se hizo científico y peluquera, ahora se dedica a buscar respuestas en lágrimas y cabellos de las personas con el fin de medir el dolor humano.
También me entere de que Loby nunca más se dejo el cabello tan largo porque asegura que sus lágrimas anuncian muertos sobre su caballera. También dejo de zurcir pañuelos para nosotros y debido a los golpes y las pérdidas que trae consigo la vida no sólo se rapo su caballera sino que amputo de tajo todo rastro de bellas virtudes y con ello perdimos también la esperanza. Después de eso nunca más volvimos a ser felices.

miércoles, 16 de julio de 2008

EN EL BREVE ESPACIO....

A MI DULCE LOCURA...¿ACASO FUE QUE TERMINO?

Todavía quedan restos de humedad, sus olores llenan ya mi soledad, en la cama su silueta se dibuja cual promesa de llenar el breve espacio en que no está... Todavía yo no sé si volverá, nadie sabe, al día siguiente, lo que hará. rompe todos mis esquemas, no confiesa ni una pena, no me pide nada a cambio de lo que dá. Suele ser violenta y tierna, no habla de uniones eternas, mas se entrega cual si hubiera sólo un día para amar. No comparte una reunión, mas le gusta la canción que comprometa su pensar. todavía no pregunté «¿te quedarás?». temo mucho a la respuesta de un «jamás». la prefiero compartida antes que vaciar mi vida, no es perfecta mas se acerca a lo que yo simplemente soñé...

http://www.youtube.com/watch?v=cUWPcE-tjbI&feature=related

lunes, 14 de julio de 2008

LOS ESCONDITES DE LA REALIDAD




LOS ESCONDITES DE LA REALIDAD


Quien se calla lo que piensa nunca se atreverá a pensar lo que sueña y por lo tanto nunca será libre de su propia realidad sino que ésta tomara un buro, un bulto de ropa, un cajón, una calle, un teléfono, una trompeta, cualquier cosa que tenga forma de escondite para ocultarse.


A mi dulce locura.




Ensayo a una sola voz y diez dedos:


PARTE UNO
La habitación de Dulce provoca desconcierto si de orden se trata. En el suelo yacen tiradas ropas de un lado y otro como si se formase una gloriosa llanura de ropas verdes, rojas y blancas encima del piso adoquinado y que a lo lejos forman un cuadro meramente patriótico. En aquella meseta de ropas sucias se halla un primer escondite de la realidad.
Aquella tarde en que la vida me pareció más breve de lo que pensaba invadí sin culpas la habitación de Dulce. De inmediato me tumbe en su cama haciendo a un lado la planicie de ropas.
La casa estaba en ruinas, lo único que seguía en pie era precisamente la habitación además de ecos infantiles presentes entre los muros viejos de madera; tonalidades entremezclados de risas y llantos, causando en mí un sentido de nostalgia permanente.
Prendí un cigarrillo y sin saber fumar lo fumé. Con el cigarro entre los dedos recordé presto que la existencia se reduce a una sola y constante espera, al final de ésta sólo nos llega la muerte, una luciérnaga gris que entre sus alas comienza a sentir una completa e incontrolable angustia y que de tanto volar sobre la mierda cae repentinamente sobre ella. Apague el cigarrillo y prendí el televisor, revise con nula importancia la computadora de Dulce y justo cuando el aburrimiento puso en ruinas mi razón, me enfrasque a escudriñar cientos de papelitos regados en toda la habitación.
Dulce no tiene ordenados sus sueños, no es de las mujeres que agendan sueños, se va dando a la vida.
Sobre los cajones, buros, encima del teléfono, incluso en las paredes había notas rojas, verdes, amarillas, y en cada una de esas notitas daban origen a muchos escondites pequeñitos de la realidad.
Me gusta tanto Dulce porque escribe lo que se le viene a la mente, sus pensamientos son un montón de recordatorios escritos sobre papelitos multicolores regados por toda la habitación.
Una dice: “121221-227462381217411 llamar hermano Iván”
Aquella notita me la guarde en bolsillo.
Alexa se tumbó nuevamente sobre la cama, dudaba en huir de aquel sitio o quedarse un rato más, sentía que aquel aposento en realidad le pertenecía a algún gigante desconocido.
Aquel aposento me hace sentir un cansancio viciado gigantesco, me hundo sobre la enorme cama del gigante, siento un halito de tu respiración, siento un brazo tuyo recorriendo mi pecho hasta llegar a mi boca, siento tú boca húmeda frente a la mía, siento como pierdo todos sentido de la realidad, me voy hacia un proceso mental de ensoñación, rápidamente hago mis maletas y parto hacia el sueño.
PARTE DOS
En el sueño…
En el sueño es lo mismo, una imagen de tú habitación idéntica a la realidad se pone de frente en mi conciencia. Veo tú cama, me tumbo en ella, rápidamente me quedo dormida, la ventana sigue abierta, por ahí se asoman varias personas, husmean detrás de las cortinas, me escondo detrás de las cobijas, siempre hay algo detrás de alguien, sigo durmiendo, siento tu abrazo en mi piel, me despierto enseguida y me voy al baño, me miro al espejo y ahora soy tu.
Pienso en Alexa, sólo un poco no mucho, me duele, pero pronto comenzare a olvidarme de este sueño, lugar donde se esconde la realidad.
El escondite es largo, tiene la forma de un pasillo angosto e infinito, la madera se alza sobre sus muros y justamente cada siete pasos uno encuentra una escalera que le conduce hacia un nivel más alto y otro más bajo, pero cabe mencionar que en este escondite de la realidad las cosas de arriba son las de abajo. O sea, si uno cree subir en realidad por ser precisamente un escondite baja y así sucesivamente a la inversa.
Un día mientras leía uno de tus pensamientos hechos notas de papel, me topé con un escondite parecido al que describe anteriormente- y me dirige a la siguiente dirección “121221-227462381217411 llamar hermano Iván”
-¿El de los escalones que suben en lugar de bajar? –Dijo un tipo asomado en la ventana detrás de la cortina-
No, conteste de súbito y presto se desvaneció, las cortinas no me dejaron ver su rostro pero sin lugar a dudas se dirigía a mí.
Decidí entonces adentrarme a ese primer escondite de la realidad, una vez allí encontré unas primeras escaleras que subían en lugar de bajar, en el cuarto escalón de una de las cinco primeras escaleras halle sorpresivamente un envase vacio de Mirinda lo tome entre mis manos y subí por la escalera de en medio pero a la vez baje en el quinto escalón de esa misma escalera, al dar el ultimo subidón con mi pie izquierdo me topé con un anciano en tirantes, camisa almidonada y en calzones, por inercia lo seguí, su mirada me inspiraba cierto derrotismo y eso mismo lo hacia interesante. El hombre a su vez tomó una botella de cristal de Pepsi cola justamente en la escalera que seguía del cuarto escalón de esta misma y se la coloco en los labios, los dedos de la mano derecha comenzaron a moverse sobre el envase y parecía como si tocara la trompeta.


El espacio fue abriéndose, los escalones de las escaleras comenzaron a enflaquecer hasta formar una superficie lisa y plana, las cuales formaron a su vez muros de madera.
El espacio se abrió tanto que el anciano quedo de un lado opuesto al mío, la distancia era enorme y apenas si alcanza a mirar su silueta del otro lado, aun con el envase de Pepsi cola en las manos asemejando tocar una trompeta por la forma en la que soplaba aquel envase.
Un montón de músicos comenzaron a entrar por una puertecita, al parecer no se sorprendían de encontrarnos en aquel espacio de muros de madera. El lugar después de haber estado largo tiempo silencioso comenzó a llenarse de ruidos y gente, el humo de los cigarros invadía el espacio, las botellas de cerveza iban de un lado a otro, yo me quedé estupefacta pues por ningún motivo podía moverme, algo me decía que ellos, los músicos, los de la otra realidad no sabían de mi existencia. El anciano desde el otro lado seguía soplando el envase vacío.
De un momento a otro comenzó a sonar un danzón titulado “Teléfono a larga distancia” interpretada por la famosísima e intencional Acerina y su Danzonera.
El redoblete del tambor dio la señal de inicio, las trompetas comenzaron a sonar, el anciano convirtió su envase vacio de Pepsi cola en una flauta hermosísima, los hombres saxofonistas se quitaron los sombreros para tocar aquel danzón, el humo del cigarrillo comenzó a quedarse atrapado en los techos de aquel escondite enorme de al realidad. La primer parte del danzón término lentamente, el lugar se oscureció por completo, los músicos se desvanecieron, el humo se fue opacando, las nubes grises que invadían la oscuridad se posaron al menos en mis ojos. Una sola luz ilumino al anciano, la botella de Pepsi cola comenzó a emitir sonidos parecidísimos a los de una trompeta y con ella interpretaba un solo musical para la imaginación. Se trataba del famoso solo musical de teléfono a larga distancia, el acompañamiento musical seguía pero los músicos habían desaparecido debido a la oscuridad, no sabia a ciencia cierta si seguían ahí, pero la música sin músicos no es música por ello supuse que todos seguían en sus lugares, sólo que haciéndole frente a la oscuridad repleta de soledad por todas partes.
El anciano interpreto aquel solo musical celestial, al terminar cambio de posición y justo cuando lo hizo, lo tenía casi frente a mi rostro, la botella de Pepsi cola me daba pequeños golpecitos en la nariz. El anciano me tomo de las manos y me invito a tocar mi envase vacio de Mirinda como si se tratase de una trompeta.
Enseguida me encontré muy lejos de su presencia, ahora sólo veía su figura alejada de mi propio campo de la realidad. Tome la botella de Mirinda y me la puse en la boca, el sonido que emití fue un solo maravilloso, enseguida sentí como me ahogaba, como el corazón bombeaba sangre a presión, eso me indico callar de inmediato, el anciano a lo lejos siguió con el solo y después de unas cuantas notas callo al igual que yo, síntoma de que era mi turno para seguir tocando mi envase vacio de Mirinda hecho trompeta. Callé y el siguió, él callo y yo seguí.
Cuando salí de aquel escondite de la realidad, Dulce mi novia se había ido con otra chica a jugar rayuela.

jueves, 10 de julio de 2008

CINCO SIRENAS...VESTIDA DE MAR


ADIOS VIDA MÍA VOY A DORMIR

POR LA BLANDA ARENA DEJE PISADAS DE PENAS, EL MAR SE LAS LLEVO BORRANDO CON SU ESPUMA TODO DOLOR.

SI LLAMA ELLA NUEVAMENTE POR TELEFONO
LE DICES QUE NO INSISTA QUE HE SALIDO

¿A DONDE VAS VESTIDA DE MAR?