DIEZ BALCONES
Los locos pueden envidiar la razón de los cuerdos.
Esas fueron las palabras que pronuncio Agatafas Rodríguez después de darle un buen sorbo a su café para después perderse entre el humo del cigarrillo que tenia colocado entre labios. Agatafas entrañable amiga de Filipina Fuentes se perdía siempre entre conversaciones angustiosas y desposeídas sobre la vida del loco, la comida del loco, el sexo del loco, los amoríos de loco, la literatura del loco las razones por el cual el loco sigue loco. Agatafas se levanto de inmediato de la mesa y comenzó a repasar nuevamente la última nota de su querido y entrañable amigo Alexander Benitez, fallecido recientemente:
Querida Agatafas:
Ayer camine como un loco irrenunciable por la ciudad, iba siguiendo tu sombra, de pronto se cruzaron recuerdos por mi camino de un pasado inimaginable, sueños de un motor descompuesto, de toda la perdición de mi vida enjaulada en una ciudad sin salida…Hasta que halle la casa de los diez balcones…
Me quede un buen rato sobre uno de los balcones observando el mar, ya casi no tiene agua, con mucho esfuerzo se formaban olas, después recorrí el mundo y pude saber que en todas partes es lo mismo, en todas partes los jóvenes se organizan para luchar a luchar, en las universidades se forman de pronto millones de asambleas, diariamente se elaboran cientos de carteles que claman por la justicia social. A diario la gente se enamora, y uno que otro tonto se suicida por amor.
Costa Rica es un país de olas interminables, por las calles el mar anda. Gira también como cualquier huracán y los habitantes son como peces que en ocasiones salen a la superficie ha comprar café o trabajar, pero casi siempre viven debajo del agua, allí vive una linda mujer llamada Deylin Zeledón.
Ayer camine como un loco irrenunciable por la ciudad, iba siguiendo tu sombra, de pronto se cruzaron recuerdos por mi camino de un pasado inimaginable, sueños de un motor descompuesto, de toda la perdición de mi vida enjaulada en una ciudad sin salida…Hasta que halle la casa de los diez balcones…
Me quede un buen rato sobre uno de los balcones observando el mar, ya casi no tiene agua, con mucho esfuerzo se formaban olas, después recorrí el mundo y pude saber que en todas partes es lo mismo, en todas partes los jóvenes se organizan para luchar a luchar, en las universidades se forman de pronto millones de asambleas, diariamente se elaboran cientos de carteles que claman por la justicia social. A diario la gente se enamora, y uno que otro tonto se suicida por amor.
Costa Rica es un país de olas interminables, por las calles el mar anda. Gira también como cualquier huracán y los habitantes son como peces que en ocasiones salen a la superficie ha comprar café o trabajar, pero casi siempre viven debajo del agua, allí vive una linda mujer llamada Deylin Zeledón.
Deylin de cien fuegos vive en alguna apartada orilla de este mar llamado Costa Rica. Casi todas las mañanas toma el bus para dirigirse a su trabajo de peces marinos y con redes que ella misma diseña en forma de animaciones, lentamente va capturando las conciencias de otros peces costarricenses y después hace como si los comiera vivos pasando por el filtro de los famosa y bien nombrada publicidad. No se que anuncia a voces pero algo anuncia, algo trama con letras llamados spots. Deylin Zeledón es un pez publicista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario