CAPITULO 1
"Emergiendo"
Como todos los dias me levante tarde para acudir a mi trabajo. Despues de realizar la fiesta ceremoniosa y alistarme hasta dejar mi cabello alborotado y docil, sali a la calle y tomé el microbus que me lleva hasta la más cercana estación del Metro. Estando ahí, aborde el enorme tren viciado de gente por todas partes y avance alrededor de cinco estaciones rumbo al sur de la Ciudad de México. En el trayecto, el tren se detuvo unas cinco veces, precisamente cinco mujeres comenzaron a reñir entre ellas, una cayó a las vias, la otra se quedo herida en los pasillos en espera del tren, una más me regalo sus lagrimas guardadas en una bolsa de plastico. Si expongo la bolsita a contraluz, las gotas de lagrimas comienzan a cambiar de un color aun no definido por la ciencia de la luminisencia. La cuarta mujer se quedo chillando como una bebe en las taquillas donde se adquieren los boletos para entrar al tren suburbano. La quinta mujer se me acero con sus ojos bien abiertos y el escote descocido y dijo:
-Todas esas viejas son unas temibles zorras. En la estación del metro Chabacano comenzaron a golpearse las unas con las otras. El pleito comenzó justo cuando la mujer que estaba a mi derecha levanto la mano para visualizar su reloj de pulsera sin embargo en el acto levanto brutalmente el antebrazo y golpeo en el rostro a la mujer que cayó a las vias, la mujer de las vias respondio inmediatamente con un puñetazo, sin embargo el tren se detuvo sorpresivamente, frenó repentinamente y el puñetazo fue a dar a la mujer que le regalo las lagrimas en esta bolsita que usted tiene en la mano. Las personas seguian emergiendo de las profundidades del tren suburbano, un eco unisono comenzo a surgir de los tuneles del tren, la gente comenzo a llenar los pasillos de espera. Los policias nos miraban con sus caras sumamente largas y nos decian en un idioma desconocido algo asi como: !Despejen la area chaparritas!
No hicimos caso, seguimos ahi, platicando largo entendido.
La gente comenzo a desesperarse porque el tren no daba indicios de aparecer en la estación, fué entonces que en un acto de valentia propuse organizar la brigada exploradora. Me autoasigne Lider de la brigada, a la mujer la hice mi mano derecha, un caballero de buenos modales y elegancia extrema lo nombre comandante de la brigada de exploración. Asi fue como saltamos a las vias del tren. Nuestros pies sintieron mas bien los zapatos sintieron la sensación extrema de pisar lo nunca antes pisado. Eramos como unos astrounatas tocando por primera vez la superficie de la luna. La oscuridad invandio nuestro espacio visual, lo ultimo que alcance a ver fue a unas señoras llorando en las salas de espera debido a nuestro acto de valentia. Estabamos dispuestos a encontrar el enigma por el cual todos los dias los trenes del metro se paraba en repetidas ocasiones, estabamos cansados de llegar tarde a nuestros trabajos, escuelas y citas de amor.
Asi fue como...
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